Vida y obra del venerable Álvaro del Portillo. (Parte 6)

septiembre 13, 2014 9:14 am Publicado por

La ponencia sobre la vida de don Alvaro del Portillo que será beatificado el próximo 27 de septiembre la hemos dividido en partes que entregaremos a ustedes con mucho gusto, ya que la autora, la alumna María Turner Larrínaga ha expresado las virtudes que vivía don Álvaro y cómo las puede vivir una joven como ella. 

(Aquí puede ver la primera,  segundatercera, cuarta y quinta parte de la ponencia)

Sexta Parte de la Ponencia: Vida y Obra de Don Álvaro del Portillo

Otras virtudes en Don Álvaro del Portillo

Otro ejemplo de Don Álvaro era su responsabilidad, a él se le llamó para que ayudara en el concilio vaticano segundo, sin embargo siempre estuvo consciente de que ayudar a San Josemaría a llevar a cabo el Opus Dei era lo primero que Dios le pedía: “consideraba que la obtención de la transformación del Opus Dei en Prelatura personal era su principal tarea, su primera responsabilidad ante Dios.

En la amistad, don Álvaro nos decía, buscar la amistad es hacer favores, sacrificarlos por otra persona, con la finalidad de que llegue un día en que esa persona te abra su alma, para que tú le puedas hablar de Dios. Se podrá tardar tiempo pero tú si tendrás un poco, ten paciencia.

Yo algunas veces pienso que mis amigas tienen que pensar igual que yo y creo que nos pasa a todas, que si una amiga igual no piensa igual que nosotras no la aceptamos, entonces, ¿Se puede hacer amiga de alguien que piensa distinto? Don Álvaro explicaba en una ocasión, refiriéndose a esas personas: Tratadlas con mucho cariño, respetando sus creencias. Que vean en vosotras amigas buenas, nobles, leales, capaces de sacrificarse por ellas. Como en este mundo hay cosas agradables y otras que hacen sufrir, todos pasamos por actos de dolor, esa amiga tuya que no posee la fe católica, acudirá a ti cuando tenga una pena, y te contará lo que le sucede, porque sabe que la comprenderás.

Don Álvaro siempre nos motivaba a que fuéramos personas que supiéramos vivir la caridad. Nos decía que jamás salga de vuestros labios una palabra de queja o crítica. Siguiendo las enseñanzas de San Josemaría nos recuerda que, la verdadera amistad comporta un esfuerzo cordial por comprender las convicciones de nuestros amigos, aunque no lleguemos a compartirlas, ni aceptarlas.

Ante todo y sobre todo, Álvaro del Portillo, resalta la virtud de fidelidad ya que fue un cristiano leal, un hijo fidelísimo de la Iglesia y del fundador, un pastor completamente entregado a todas las almas y de modo particular a su pueblo de Dios que el Señor había confiado a sus ciudadanos pastorales, en estrecha comunión con el Romano Pontífice y con todos sus hermanos en el episcopal.

Don Álvaro nos dejó un gran ejemplo de castidad con la anécdota siguiente: entre los mandos militares en aquellas circunstancias, Álvaro se alojaba en la casa de una familia. La dueña del hogar consideraba que aquel oficial apuesto, futuro Ingeniero de caminos constituía “un buen partido” para su hija, y quiso fomentar el trato entre los dos. Así que, al final de la jornada, cuando Álvaro llegaba, cansado, a la casa, le esperaban madre e hija, con unas tazas de chocolate preparadas, dispuestas a ofrecerle conversación. En cuanto se dio cuenta de lo que estaba pasando decidió abandonar aquel alojamiento; pero, antes de que pudiera llevar a cabo su propósito la dueña intentó acelerar los acontecimientos y le organizó una cita, para tratar de que se quedara a solas con su hija.

Otra virtud que resaltaba don Álvaro es la paciencia, demostrándonoslo con este ejemplo: unas personas presentaron una denuncia injusta y falsa, que provocó un retraso considerable en las obras de Villa Tevere. Don Álvaro dialogó con los demandantes, sin perder la paz, convencido de que todo sería para bien: al final, la autoridad correspondiente no solo desestimó la acusación sino que autorizó a que se construyera más volumen de obra de lo que se había previsto al principio. Con estas anécdotas que nos dejó don Álvaro vemos como podemos sacar de las cosas malas lo bueno, cómo ver lo positivo de lo negativo.

Conclusión

Me di cuenta que una virtud te ayuda y se relaciona con otra virtud por ejemplo si todos los días tiendo mi cama, me vuelvo un poco más ordenada, pero también estoy educando mi voluntad, y en todas las virtudes se necesita la voluntad.

Si le ayudo a una amiga a estudiar algo que no comprende sería generosa, porque le doy mi tiempo, pero también, se relaciona con la amistad porque en realidad ayuda a mejorar nuestra amistad, y para ser una buena amiga se necesita ser fiel, leal y honesta.

Si hago todas mis tareas a tiempo con un horario, estaría desarrollando la templanza, pero al mismo tiempo, el orden, la responsabilidad y seguramente la fortaleza pues estoy dejando una comodidad como ver la tele o estar en la computadora por hacer lo que debo de hacer en el momento que debo de hacerlo.

La mayoría de las virtudes se relacionan con otras, según dicen que un hábito se adquiere en 21 días, porque son actos repetitivos.

Ser alegre se relaciona con ser optimista, por ejemplo, si alguna vez me quejo porque tengo que dejar de hacer algo que me gusta como jugar con mi ipad por hacer algo que no me gusta, como ayudarle a mi mamá en alguna labor de la casa, puedo pensar, es algo que de todas maneras tengo que hacerlo, entonces para qué lo hago enojada o con mala cara, puedo hacerlo alegre y eso creo que es el optimismo.

También cuando tengo una materia, que me cuesta trabajo como Historia, puedo esforzarme, y verle el lado positivo que el esforzarme me va ayudar a educar mi voluntad y educar mi voluntad me va ayudar a ser más virtuosa.

Yo solo tengo 12 años, no puedo salvar al mundo, no está en mi irme como la Madre Teresa, pero sií puedo empezar por cambiar yo misma para contagiar luego, como Don Álvaro, a los demás, porque las virtudes humanas, si las encontramos en lo que hacemos muchas veces durante nuestros días, lo hacemos en la vida ordinaria, entonces puedo empezar por mi vida diaria para ser virtuosa, que al final es lo que te da verdadera felicidad.

Pienso por ejemplo si me quedo por algún motivo sin poder moverme, parapléjica, mi vida fuera muy difícil y estaría triste, de nada me van a servir todas las cosas que tengo porque no  puedo disfrutarlas, pero ser una persona con virtudes, me ayudaría, me daría motivos para salir adelante. Tendría fortaleza, paciencia, alegría, optimismo. Claro que me costaría trabajo, pero vencería los obstáculos. Eso es lo que te hace ser mejor persona.

Autora: Alumna María Turner Lárrinaga, Liceo Thezia, Hermosillo

 

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